Hola, mi nombre es Valeria y tengo 13 años. Desde que era pequeña, he enfrentado muchos desafíos en mi vida familiar. Mis padres se separaron antes de que yo naciera, lo que me llevó a crecer en un hogar disfuncional que dejó cicatrices profundas en mi corazón. Actualmente, vivo con mi padre, mi hermano mayor y mi madrastra, quien ha sido una guía espiritual invaluable para mí.

Caminos Equivocados: Buscando Aceptación

Al entrar en la adolescencia, como muchas jóvenes, me sentí perdida y sin una identidad clara. En un intento por encajar, me dejé llevar por las modas y tendencias que veía a mi alrededor. Me hice varios piercings, creyendo que eso me haría sentir mejor o más aceptada, pero en realidad, solo atrajo personas que me hicieron daño. Sufrí bullying en la escuela, lo que me hizo sentir vacía, triste, y sin propósito.

“Que Dios te bendiga y que el Espíritu Santo te guíe siempre. ¡Camina con Jesús y descubre la vida plena que Él tiene para ti!

Un Encuentro con Jesús: La Paz que Necesitaba

Sin embargo, en medio de mi dolor, Dios tenía un plan para mi vida. Mi madrastra, una mujer de fe, comenzó a hablarme de Jesús y me invitó a acompañarla a la iglesia. Aunque al principio no entendía mucho, algo dentro de mí empezó a cambiar. Sentí que había una paz que yo no conocía, una paz que necesitaba desesperadamente.

Una Nueva Esperanza: Estudios Bíblicos y Transformación

Un tiempo después, viajamos a España, donde conocí a una persona que estaba dando estudios bíblicos a mi padre. Vi cómo la vida de mi padre comenzaba a transformarse de manera increíble, y eso me inspiró a buscar lo mismo. Le pedí a esa persona que también me enseñara a mí, y así comenzamos a estudiar juntos.

A medida que profundizaba en la Palabra de Dios, el Espíritu Santo empezó a obrar en mi corazón. Me di cuenta de que mi vida necesitaba un cambio profundo, y entendí que mi cuerpo es el templo de Cristo Jesús. Decidí quitarme los piercings, cambiar mi forma de vestir, y dejar de maquillarme, porque comprendí que no necesitaba todo eso para ser amada. Mi verdadera belleza estaba en la pureza y en la paz que solo Jesús podía darme.

Mi Bautizo: Una Nueva Vida en Cristo

Este proceso me llevó a un encuentro profundo con Jesús. A los 13 años, tomé la decisión de entregar mi vida completamente a Él. Fui bautizada en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, simbolizando el final de mi antigua vida y el comienzo de una nueva vida llena de propósito y esperanza en Cristo.

Un Mensaje para Ti: Jesús Está Esperando

Hoy, quiero decirles a todas las jóvenes que pueden estar sintiéndose perdidas, vacías, o sin esperanza: no tienen que seguir por caminos equivocados. Jesús está esperando con los brazos abiertos, listo para quitar todo tu sufrimiento y llenarte con una paz que solo Él puede dar. No importa lo difícil que sea tu situación, Jesús ya ha vencido por ti. Todo lo que necesitas hacer es abrirle la puerta de tu corazón.

La Vida Plena en Jesús

Agradezco a Dios por haberme encontrado en mi oscuridad y por las personas que Él puso en mi vida para guiarme hacia la luz. Hoy, mi vida está llena de propósito, y mi mayor deseo es trabajar para Dios y llevar almas a Cristo Jesús. Querida joven, si estás pasando por momentos difíciles, te animo a que busques a Jesús. Él te ama tal como eres y quiere transformarte. Lee la Biblia, ora, y verás cómo el Espíritu Santo comienza a obrar en ti de una manera poderosa. No necesitamos seguir las modas ni buscar la aprobación de los demás; todo lo que necesitamos está en Jesús.