Durante la mayor parte de mi vida, nunca había creído en Dios. Siempre me aferré a la ciencia y las teorías de la evolución, y rechazaba cualquier idea que no estuviera respaldada por la lógica y la evidencia científica.
La Enfermedad de Mi Hija
Todo cambió un día cuando mi esposa y mi hija estaban de vacaciones. Me llamó mi esposa, informándome que nuestra hija se había enfermado gravemente. De repente, perdió la movilidad en el lado izquierdo de su cuerpo: primero la mano, luego el brazo, y después la pierna. En el hospital, los médicos determinaron que había sufrido un ictus, un tipo de lesión neuronal. Nos dijeron que solo tenía entre 6 y 9 meses de vida, ya que sus órganos comenzarían a fallar uno por uno. Perdió la vista y tenía problemas de audición. Aunque al principio pensamos que era debido a los medicamentos, su condición empeoró rápidamente, dejándola paralítica, sin ver ni escuchar, en solo tres semanas.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (Corintios 5:17, Reina-Valera 1960)
Desesperación y Fe
Viajé para estar con mi esposa e hija en ese momento tan difícil. Ver a mi hija, que antes podía ver y escuchar, ahora buscándome solo por el sonido de mi voz, fue desgarrador. Para no preocupar más a mi esposa, me escondía para llorar y liberar mi dolor. En mi desesperación, recurrí a prácticas espiritistas las cuales son comunes en Cuba, aunque siempre había sido escéptico.
El Sueño Revelador
Un día, después de hablar con mi hermano, tuve un sueño muy vívido. En él, vi a una joven hermosa en un jardín de tulipanes, que me sonreía. Sentí una voz que me decía "Grosellas". Al investigar, encontré una historia turca sobre una joven encerrada por su padre que lo único que quiso hacer fue aferrarse a las santas escrituras (La Biblia), mientras le deparaba un final estremecedor. Esto me llevó a investigar más sobre este fruto llamado grosella. Encontré que este restablece la melanina en el cuerpo y que tiene muchos beneficios. Una de sus propiedades es que actúa como antioxidante, por lo que pensé que podría ser beneficioso para mi hija. Antes de que regresara del hospital, comenzamos a darle este fruto, que había aparecido en mi sueño.
Un Encuentro Espiritual
Comencé a leer un Nuevo Testamento que mi madre me había enviado tiempo atrás, sin haberlo abierto nunca. Lo comencé a leer e inspirado por cómo Jesús se retiraba a orar, decidí hacer lo mismo. Fui un viernes a una montaña cercana, donde pasé un fin de semana orando y ayunando. En la madrugada del domingo, sentí una voz que me decía: “Estás buscando la sanación para tu hija, pero en realidad, el único ciego y sordo eres tú”. Esta experiencia me conmovió profundamente y me hizo llorar por no haber conocido a Dios antes.
Dejar la Idolatría
Durante ese tiempo, también leí sobre la historia de Jairo y su hija en las Escrituras. Al regresar de la montaña, me di cuenta de que la idolatría era algo que Dios detestaba. Decidí deshacerme de las imágenes e ídolos de mi casa. Comencé a asistir a la iglesia católica, pero noté que también había ídolos allí. Continué estudiando la Biblia, buscando una iglesia que me permitiera conocer a Dios de verdad.
Encontrar el Camino
A través de internet, encontré al pastor adventista Alejandro Bullón. Sus enseñanzas resonaron profundamente en mí, así que busqué una iglesia adventista y la encontré. Me bauticé y ahora soy miembro activo en esa iglesia para la honra y la gloria de Dios. Agradezco a Dios por guiarme en este camino.
Sebastián Rodriguez
Yo también soy de Cuba y allá se creé mucho en la idolatría, solo leyendo la biblia conocemos que eso está mal ante los ojos de Dios